Aprende sin Compararte y sin Presionarte

Hace un par de semanas, estaba en un proceso de selección en una empresa y conocí a una chica de 20 años que al igual que yo estaba enfocada en aprender inglés. Empezamos a pasar mucho tiempo juntos, estudiábamos temas juntos, leíamos los mismos artículos y tomábamos las mismas lecciones.

Sin embargo, aunque estábamos estudiando el mismo material, durante el mismo periodo de tiempo y al mismo tiempo, noté que ella aprendía dos o tres veces más rápido que yo. Esto me frustraba porque me estaba diciendo a mí mismo que yo no tenía las capacidades para aprender un segundo idioma, que esto era para una porción limitada de personas con un talento innato para los idiomas, y cada día que pasaba era peor porque ella me enseñaba cosas que habíamos comenzado a estudiar al mismo tiempo.

Hasta que un día la chica necesitó ayuda con una tarea de estadística, tema que a mí se me da muy bien, aunque nunca lo había estudiado. Le dije que me diera un día para buscar información en YouTube, comprender el tema y explicárselo, porque sentía que podía aprenderlo muy rápido, ya que había hecho lo mismo en otras ocasiones.

Efectivamente, al día siguiente le expliqué el tema y ella lo comprendió y pudo entregar su tarea. En ese momento, la chica me dijo que sentía que ella no podía aprender matemáticas ni nada relacionado, que eso era para genios como yo, que se iba a cambiar de carrera, que ella tardó dos semanas intentando aprender ese tema y yo lo aprendí en un día, y lo aprendí a un nivel tan profundo que pude explicárselo.

En ese momento me di cuenta de que cada persona tiene un supertalento para algo en particular. Así como esta chica tiene supertalento para aprender idiomas, yo lo tengo para las matemáticas y otros los tienen para el arte, los deportes, la escritura, etc. Además, llegué a la conclusión de que tal vez no tenga supertalento para aprender idiomas, pero sí tengo talento para hacerlo porque ya lo hice cuando aprendí mi lengua materna. Tal vez me toca trabajar un poco más duro, pero es posible.

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La moraleja de la historia

En resumen, mi experiencia con la chica que conocí en el proceso de selección me enseñó que la comparación es injusta y que cada uno tiene habilidades y talentos diferentes. Aprendí que lo importante es descubrir cuáles son nuestras fortalezas y debilidades para poder trabajar en nuestros procesos de aprendizaje de la forma más eficiente y productiva para nosotros. Tal vez en ciertas áreas necesitamos esforzarnos un poco más o mucho más que en otras, pero es totalmente posible conseguir nuestros objetivos de aprendizaje.

Lo más importante es no dejar que las comparaciones nos lleven a la frustración y mucho menos a renunciar a nuestros sueños, sea cual sea. Todos tenemos habilidades únicas y debemos enfocarnos en descubrir cuáles son las nuestras para lograr nuestras metas. Si nos enfocamos en nuestros propios procesos de aprendizaje, en lugar de compararnos con los demás, podremos alcanzar nuestras metas y desarrollar nuestras habilidades al máximo.